Aranceles y economía familiar
- Claudia Galguera
- 4 ago
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Actualizado: 7 ago
Los aranceles encarecerían el costo de alimentos importados, electrodomésticos, electrónicos, autopartes y más. El sector automotriz y electrónico, que representa casi el 46 % de las exportaciones de México a EE. UU., se vería seriamente afectado, lo cual repercute en precios de bienes duraderos y consumo básico.

En 2025, el gobierno de Donald Trump ha propuesto imponer aranceles del 25 % sobre productos importados de México y Canadá, y hasta un 50 % en acero, aluminio y vehículos, como parte de su agenda proteccionista. Aunque México forma parte del USMCA, que debería proteger ciertos productos, la realidad es que pareciera que es poco relevante este acuerdo para la administración Trump. Entre estos países hemos estado observando negociaciones tras negociaciones, que concluyen en prorrogas de tiempo para la entrada en vigor del alza en los aranceles, lo que genera mayor incertidumbre, porque sabemos que, de concretarse esta política arancelaria, nuestra economía familiar alcanzaría inevitablemente, a verse afectada.
Los aranceles encarecerían el costo de alimentos importados, electrodomésticos, electrónicos, autopartes y más. El sector automotriz y electrónico, que representa casi el 46 % de las exportaciones de México a EE. UU., se vería seriamente afectado, lo cual repercute en precios de bienes duraderos y consumo básico.
Adicionalmente, la OCDE ha revisado su pronóstico para México: en lugar de un crecimiento del 1.2 %, ahora se prevé una contracción del 1.3 % en 2025, con otro posible retroceso del 0.6 % en 2026, como resultado de los aranceles. Estas cifras reflejan un panorama de menor empleo, menor inversión y, por lo tanto, menor ingreso familiar.
Pero, ante un panorama desfavorable ¿qué podríamos hacer desde nuestras economías?
· Priorizar compras locales sustentables y reparaciones sobre adquisición de artículos nuevos.
· Buscar marcas mexicanas o productos hechos en cadena local que no dependan tanto de importación.
· Organizar compras comunitarias o cooperativas para mitigar el aumento de precios.
En conclusión, los aranceles propuestos por la administración Trump representarían no solo un shock económico nacional, sino un peso directo sobre la economía familiar mexicana. Cuando los hogares enfrentan más inflación, menos ingresos y menor empleo, el consumo se retrae, y el bienestar se convierte en una exigencia difícil de cumplir.
México podría sortear esta amenaza si actúa de forma decidida: diversificando mercados, fortaleciendo su industria local y desarrollando políticas de protección económica que lleguen a las familias. Sólo así se evitará que los aranceles no solo afecten a las fábricas, sino también a la estabilidad cotidiana de quienes sostienen al país desde sus casas.
Las opiniones expresadas en esta columna son exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente la postura de Tinta Negra.
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