Agua que no has de beber: Tecnificar, ahorrar, redistribuir
- Ixchel Guzmán
- 26 nov 2024
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Actualizado: 19 dic 2024
La apuesta es redonda pero, como en el caso de las tuberías públicas de agua, hay alta probabilidad de fugas.
26 de noviembre de 2024, Oaxaca de Juárez, Oaxaca.
Ixchel Guzmán.

67 distritos de riego de todas las entidades del país se han comprometido a devolver a la CONAGUA 2 mil 800 millones de metros cúbicos de agua, con el compromiso de que, a través del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, el Gobierno de México llevará a cabo un plan de tecnificación de riego a lo largo de 200 mil hectáreas para lograr un aumento del 50% en su productividad agrícola, lo que derivará en la satisfacción de las necesidades alimentarias de 7 millones de personas durante un año, según los cálculos de la SADER.
Puesto así, el núcleo de este Acuerdo, firmado ayer por la Presidenta Sheinbaum, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural y el Director de la CONAGUA; es ahorrar agua a través de la tecnificación del riego, para que ésta pueda ser redistribuida para la satisfacción de las necesidades de la población y, de paso, encaminar al país a la tan anhelada soberanía alimentaria.
Tecnificar, ahorrar, redistribuir, la apuesta es redonda pero, como en el caso de las tuberías públicas de agua, hay alta probabilidad de fugas. Recordemos que este Acuerdo se da en el marco del Plan Nacional Hídrico anunciado por la Presidenta de México el 22 de noviembre pasado, y del que una de las líneas de acción es el ordenamiento de las concesiones para evitar la sobreexplotación y el acaparamiento del agua, de tal suerte que se pueda garantizar su acceso a todas las personas.
Tenemos entonces que la devolución de agua firmada ayer es parte del trabajo para remediar la sobreexplotación de cuencas y el acaparamiento del recurso vital. Y aunque no tenemos aún detalles sobre la forma en que será redistribuido el uso del agua devuelta, y si a Oaxaca le tocará algo de ella, el asunto de la sobreexplotación y el acaparamiento no deja de ser una bandera roja en este estado.
Específicamente en el municipio más poblado de la entidad, Oaxaca de Juárez. Según datos de febrero de 2024, socializados por el gobierno del estado, el suministro de agua para la esta ciudad proviene de 32 pozos en funciones, sin embargo no existe información pública que permita a la ciudadanía conocer los criterios de distribución que utliza el Organismo Operador para dotar de agua a las colonias y agencias que conforman al municipio.
En este aspecto, aunque el servicio de abastecimiento de agua en la ciudad de Oaxaca es público, la opacidad en la gestión de su distribución, la latente escasez de unas zonas y la sobredemanda en otras, específicamente los primeros cuadros del centro de la ciudad, que se han convertido en epicentro turístico de Oaxaca; sugieren el acaparamiento y especulación del recurso por parte de actores privados, al cobijo de las instituciones públicas cuya función esencial es garantizar el acceso al agua de todas las personas que habitan la ciudad.
El Plan y el Acuerdo en cuestión invitan a una solución en gran escala a la crisis hídrica de México, no obstante, en la escala mínima del problema, toca a las administraciones estatales y municipales ensayar las posibles soluciones. Es en ese lugar en el que se avizora una fuga inconmensurable en los esfuerzos de política hídrica que el gobierno federal impulsa: el desplazamiento del derecho al acceso universal al agua -y de otros varios derechos humanos- en la agenda de prioridades del gobierno oaxaqueño, provocado por el impulso a la actividad turística.
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