OPINIÓN| Morena aprendiendo del PRD
- Alex Hernández
- 21 sept 2024
- 2 Min. de lectura
¿A qué se pudo haberse referido Andrés Manuel cuando habla de las circunstancias que llevaron a la extinción del partido amarillo? Tal vez sea la pérdida de identidad ideológica, las alianzas incongruentes o el cacicazgo atemporal del Revolucionario Democrático lo que fuese su acabose en la vida pública de este país. Lo que es un hecho -y tiene claro-, la figura máxima de Morena, es que no se pueden cometer los mismos errores.

“Fueron circunstancias, ojalá y lo que llevó a que el PRD perdiera su registro sirva de lección a otros partidos para no cometer los mismos errores (…)”, fueron parte de las palabras que refirió el Presidente López Obrador sobre lo que fuera su cuna política de izquierda.
Pero ¿A qué se pudo haberse referido Andrés Manuel cuando habla de las circunstancias que llevaron a la extinción del partido amarillo? Tal vez sea la pérdida de identidad ideológica, las alianzas incongruentes o el cacicazgo atemporal del Revolucionario Democrático lo que fuese su acabose en la vida pública de este país. Lo que es un hecho -y tiene claro-, la figura máxima de Morena, es que no se pueden cometer los mismos errores.
Y “sin querer queriendo”, se logra visualizar ese aprendizaje en lo que será la próxima dirigencia nacional del partido guinda. El nombre más fuerte que resalta es el de Luisa María Alcalde, aún a cargo de la SEGOB, para ser la próxima presidenta del Movimiento de Regeneración Nacional. Con un perfil perfectamenre identificado, con trayectoria y la venia de las altas cabezas del movimiento, Alcalde Luján no solo representaría nuevos aires para MORENA, sino seguiría con la dinámica de encumbrar a mujeres en los niveles más altos de la política mexicana.
Por su parte, se habla mucho de la postulación de Andrés López Beltrán, siendo polémica por ser hijo de López Obrador, apuntando a que la Secretaría General o la de Organización, estarían a su cargo, siendo importante para seguir -por lo menos en el papel- con el puente obradorista, pero poco abonará en caso de una ecatombe partidaria.
Y por último, Carolina Rangel, una mujer jóven, pero con experiencia, que si bien no destaca mucho en el círculo rojo, parece haber influencia de Citlalli Hernández para una eventual designación dentro de los más altos cargos en el partido.
Mientras que en otros partidos, las dirigencias apuntan a reelecciones, nombres desgastados o reputaciones cuestionables, MORENA sabe que aun en la cúspide de su éxito político, no puede dormirse en sus laureles, sobre todo con el anunciado retiro de su máximo próser, dejando claro que la vieja frase “renovarse o morir”, debe estar latente en todo momento, porque las figuras políticas suelen deteriorarse rápidamente y los nuevos rostros siempre representarán nuevas perpectivas que redimirán los errores de las pasadas dirigencias.
La tarea es grande: empatar por lo menos los resultados de las últimas elecciones, manteniendo la cohesión al interior y seguir fortaleciendo la imagen de un partido que pareciera que lo próximo que le espera, es la inevitable y natural parábola del éxito, pero que sin duda es mejor pasarlo con nuevas caras, porque como dijera mi abuela: “el político y el arrimado, a los seis años apestan”.
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