OPINIÓN| El peligro del poder
- Alex Hernández
- 1 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 dic 2024
Es por ello que, a pesar de las conquistas, los disensos son importantes, porque a partir de estos, se crean civilizaciones mucho más democráticas, plurales y sólidas, que puede ser tomado como un peligro latente o una fortaleza, eso dependerá de la madurez y la capacidad de aquellos que les toque dictar el camino, crear las leyes y gobernar, sin olvidar que el tamaño de las victorias radica en el tamaño del contrincante.

El tío Ben me enseñó que “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”, Maquiavelo que, ante un poder incuestionable, lo más beneficioso es mostrar clemencia. Ambas citas que, desde mi perspectiva, son necesarias para cualquier político que se haga llamar serio.
Estados Unidos se encuentra inmerso en una lucha electoral encarnizada, poco clara para aventurarse a decretar una ganadora o ganador. A tal grado ha llegado dicho panorama que varios medios de comunicación de la talla del Washington Post, han decidido rechazar el tradicional respaldo mediático a uno de los candidatos en la carrera presidencial, una determinación que rompe con décadas de un ejercicio democrático debido a la incertidumbre, pero sobre todo al temor de represalias de un posible ganador en particular: Donald Trump, del que se conoce su espíritu revanchista y desasosiego ante cualquier frente opositor.
Los miedos que causa el poder, para nada son infundados, sobre todo cuando este es supremo o hegemónico, debido a que dependerá de los valores de los que lo ostenten, pero sobre todo, de aquellos traumas que el historial de derrotas ha dejado en quienes en el momento se asuman como los poderosos.
Sun Tzu en “El Arte de la Guerra”, plantea que la mejor estrategia a la hora de la victoria, incluye el manejo adecuado de la paz, siendo la clemencia y la diplomacia, esenciales para evitar resentimientos y generar una tranquilidad duradera, no solo una victoria momentánea. Pero las mieles del poder suelen ser demasiado dulces, al punto de un coma diabético, dada las circunstancias de supremacía, se puede caer en un sentido equívoco del “nuevo poderoso”, pensado que este será eterno y que las decisiones del hoy, para nada serán cuestiones con las que se tendrá que lidiar mañana.
En la política, todo esto conlleva muchas cosas más que solo la victoria, ya que a partir de la política se construyen sociedades y gobiernos, los cuales serán receptores de la aplicación del poder, un arma con la que se puede defender a la ciudadanía o aniquilarla, todo dependerá de la responsabilidad a la hora de aplicarlo.
Es por ello que, a pesar de las conquistas, los disensos son importantes, porque a partir de estos, se crean civilizaciones mucho más democráticas, plurales y sólidas, que puede ser tomado como un peligro latente o una fortaleza, eso dependerá de la madurez y la capacidad de aquellos que les toque dictar el camino, crear las leyes y gobernar, sin olvidar que el tamaño de las victorias radica en el tamaño del contrincante.
Se dice mucho que héroes como Batman no serían nada sin villanos como el Guasón, porque lo único que les quedaría sería lidiar con ellos mismos. Lo que hay que aconsejarle a cualquiera que hoy ostenta el poder es que, la dignidad nunca la debes de perder, pero tampoco arrebatar, y muchos menos a tus adversarios quienes estarán esperando la primera caída para poder saciar su propia sed de venganza. Un círculo vicioso del que la ciudadanía será siempre la única perdedora.
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