OPINIÓN | En línea fuego
- Ivette Del Río
- 28 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 dic 2024
Desencuentros, amenazas y hasta tono ríspido, son características de la actual relación entre México y el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque aún faltan dos meses para que asuma la presidencia, Trump ha decidido lanzar dardos contra nuestro país en este proceso de transición.

¿Pero cuáles son las implicaciones reales de las amenazas hacia México? ¿Será Trump un jefe de estado que hable mucho y haga poco? Son preguntas que surgen en la esfera política pero sobre todo económica, el impacto de una mala relación bilateral con Estados Unidos ha llevado a la presidenta a presentar sus cartas.
Hace unas semanas la presidenta desde su tribuna hizo una llamado a 'no preocuparse' por el regreso del republicano a la Casa Blanca, sin embargo la conversación se ha tornado en un discurso enérgico para destacar las acciones contra el tráfico de fentanilo y la migración irregular, situaciones de las que ambos países tienen responsabilidad y no sólo México.
Las respuestas de Sheinbaum a una afrenta desde el día uno del triunfo del candidato republicano, han ido subiendo de tono poco a poco, aunque de una forma muy diplomática, nuestra jefa de estado ha demostrado que posee el carácter y las herramientas para negociar.
En su mañanera del Pueblo del miércoles, Claudia Sheinabum llamó a escena a sus principales asesores del sector empresarial, para incentivar las inversiones y la relocalización de empresas en la región y disminuir la dependencia de las importaciones chinas. Su plan no solo es un mensaje a los mexicanos ante la incertidumbre de la relación de Trump, es un mensaje también hacia los mercados, donde los pesos pesados de la iniciativa privada respaldarán su gestión de la relación comercial en caso de una renegociación.
Trump lanzó la primera flecha: “El 20 de enero, como uno de mis muchos primeros decretos, firmaré todos los documentos necesarios para cobrar a México y Canadá un arancel del 25% sobre todos los productos que ingresen a Estados Unidos, y sus ridículas fronteras abiertas”, escribió el presidente electo.
Y Sheinbaum contestó: “Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos”.
El magnate ha demostrado que sus amenazas casi siempre son discurso, sin embargo no se puede descartar cuando entre 2017 y 2021 dio muestras de lo que puede hacer sobre todo en materia migratoria, pues uno de sus planes para este tercer intento para caminar a la presidencia es una deportación masiva de migrantes y de los 11 millones, se calcula que más de 4 millones son de origen mexicano.
Si bien la revisión del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá está prevista hasta mediados de 2026, cada uno de los países ya ha empezado a mover sus fichas, los tres amigos han comenzado a dar declaraciones para mover los mercados de la especulación y tantear el terreno de los impactos de una mala relación entre naciones. Incluso, con retórica xenófoba Doug Ford, el premier de Ontario, decidió apoyar a Estados Unidos diciendo que era “insultante” que su país fuera comparado con México.
Entre cartas, tuitazos y declaraciones cruzadas, la novela podría no tener un final feliz, y aunque las consecuencias están previstas, la estrategia discursiva de Sheinbaum podría pecar de soberbia, pues hay que poner los límites necesarios y explicitar la posición de México, pero sin jugar con fuego y cuidar cómo la conversación entre mandatarios se lleva bajo los reflectores.
Trump es volátil, pero así como nosotros lo hemos estudiado, él tiene un análisis meticuloso de cómo actúan las autoridades mexicanas, por lo que un enfoque más discreto en los canales oficiales, podría fortalecer la relación diplomática.
Pero como casi todo es otra cosa, tras el enfrentón entre Sheinbaum y Trump, una llamada podría apaciguar las aguas y los humores, pues ambos han tenido un intento por rebajar las tensiones. “Tuve una excelente conversación con el presidente Trump”, dijo Sheinbaum; “Maravillosa” dijo Trump. Ya veremos.
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