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Modelos de negocio flexible: la clave para el emprendimiento femenino

  • Foto del escritor: Claudia Galguera
    Claudia Galguera
  • 3 feb
  • 3 Min. de lectura

Para muchas mujeres, el desafío de emprender no es solo una cuestión de dinero, sino de tiempo. Según el Banco Mundial, el 75% de las mujeres en América Latina sigue cargando con la mayor parte del trabajo no remunerado del hogar.

En un mundo donde la equidad de género aún enfrenta desafíos, los modelos de negocio flexibles han surgido como una alternativa real para que las mujeres logren independencia económica sin sacrificar su vida personal. A diferencia de los empleos tradicionales, estos modelos permiten una mayor autonomía, conciliación familiar y la posibilidad de crecimiento profesional sin barreras estructurales.

¿Por qué entonces seguimos viendo tantos obstáculos para que más mujeres se sumen a esta ola de emprendimiento flexible?

El reto de equilibrar trabajo y vida personal

Para muchas mujeres, el desafío de emprender no es solo una cuestión de dinero, sino de tiempo. Según el Banco Mundial, el 75% de las mujeres en América Latina sigue cargando con la mayor parte del trabajo no remunerado del hogar. Esto significa que, para ellas, un empleo con horarios rígidos simplemente no es viable.

Aquí es donde modelos como el comercio electrónico, el trabajo freelance y la economía colaborativa han abierto nuevas oportunidades. Gracias a plataformas como Shopify, Upwork y Rappi Handmade, hoy en día es posible vender productos, ofrecer servicios o generar ingresos sin depender de un horario de oficina. ¿El problema? Aún existe una brecha en el acceso a financiamiento y capacitación, lo que limita el potencial de muchas emprendedoras.

Las oportunidades están, pero no para todas

No cabe duda de que la digitalización ha democratizado el acceso a oportunidades laborales, pero el camino aún está lejos de ser equitativo. La Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO)estima que el 40% de los nuevos negocios en línea en México son liderados por mujeres. Aunque el número es alentador, la otra cara de la moneda es que muchas de ellas siguen encontrando barreras para escalar sus negocios.

El acceso a crédito sigue siendo limitado, y la falta de redes de apoyo empresarial dificulta que las emprendedoras puedan profesionalizar sus proyectos. Mientras que los hombres suelen tener más acceso a inversionistas y asesoría financiera, muchas mujeres dependen del autoempleo sin una estrategia clara de crecimiento.

Más allá del autoempleo: Construyendo negocios sostenibles

Uno de los grandes retos es transformar estos emprendimientos flexibles en negocios sostenibles a largo plazo. El problema no es solo que las mujeres emprendan, sino que sus negocios logren consolidarse y generar empleos.

Para ello, es fundamental que existan más programas de mentoría, financiamiento accesible y espacios de networking donde las emprendedoras puedan escalar sus proyectos. Iniciativas como las incubadoras de negocios para mujeres y las redes de apoyo empresarial han demostrado ser clave para romper con esta brecha.

Flexibilidad con oportunidades reales

Los modelos de negocio flexibles han abierto una puerta a la independencia económica de muchas mujeres, pero no pueden quedarse en una solución temporal o de supervivencia. Es momento de que gobiernos, empresas y la sociedad en general impulsen iniciativas que permitan que estos negocios no solo existan, sino que prosperen.

Si realmente queremos que el emprendimiento femenino sea un motor de cambio, necesitamos más que flexibilidad: necesitamos acceso real a herramientas, financiamiento y capacitación. Solo así, las mujeres podrán no solo administrar su tiempo, sino también liderar negocios que transformen la economía.

 

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