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La Primera de Claudia

  • Foto del escritor: Ivette Del Río
    Ivette Del Río
  • 10 oct 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 21 oct 2024

Claudia no se ha caracterizado por su conflicto o radicalidad, más bien desde su perfil como científica siempre ha sido una política mesurada y analítica, con decisiones oportunas y no aceleradas pero sobre todo como una gran administradora de crisis, y ese es el estilo que se puede observar en sus primeros días de gobierno.

La primera semana de la Dra, Claudia Sheinbaum como presidenta apenas nos mostró algunos chispazos de lo que será su gobierno, si bien, desde su discurso inicial en San Lázaro el pasado 01 de octubre dio muestra del agradecimiento a su predecesor y su compromiso de continuidad y lealtad a cuarta transformación, en su papel de Comandanta podemos ver ciertos aspectos que no sólo despegan su camino al del líder de Macuspana si no también a impregnar su propio estilo de gobierno.


Andrés Manuel López Obrador fue un presidente muy popular, pero dejó un México muy polarizado, en cambio con la presidenta, vemos un papel más conciliador, y aunque efectivamente esto le puede restar popularidad, esta no es su mayor preocupación, si no construir un futuro de permanencia.


Dejar la carta de afiliación de su partido Morena, fue un gesto simbólico que permite ese camino, pese a las polémicas que existen con el Poder judicial, su posición en esta primera semana ha abonado al diálogo de partes, pero esta postura no es gratuita, su arrollador triunfo electoral con más de 35 millones de votos y el arropaje desde los gobiernos locales, los congresos y la popularidad le dan la pauta para ejercer el poder.


Hace una semana vimos como Sheinbaum tomó el poder, y esta semana como se ha hecho del poder, con grandes retos como la seguridad y la migración que requieren intervención inmediata, así como la atención oportuna a los desastres naturales, y hay que decirlo cómo desde su atril de presidenta responde los ataques en un país con una larga tradición de machismo y misoginia.


Claudia no se ha caracterizado por su conflicto o radicalidad, más bien desde su perfil como científica siempre ha sido una política mesurada y analítica, con decisiones oportunas y no aceleradas pero sobre todo como una gran administradora de crisis, y ese es el estilo que se puede observar en sus primeros días de gobierno.


Un estilo que va desde la hora de inicio de su mañanera: “las mañaneras del pueblo”, media hora después a las que tenía acostumbrado AMLO al grupo de periodistas que lo acompañaban, hasta su extensión, una hora treinta minutos aproximadamente de respuestas concisas y estructuradas.

Claudia entiende sus debilidades como oradora, cambia el formato de las conferencias matutinas, las estructura y ofrece temáticas de lunes a viernes, no sólo ordena el contenido, si no también sus pensamientos y las preguntas de la prensa, cosa que le permite tener mayor control de sus repuestas. En estos días hemos visto una Claudia conciliadora y no confrontativa, una Claudia que responde rápido y con dirección, dejando atrás las repuestas vagas y vacilantes.


Su mañanera tiene diferencias, de forma pero aún no del todo de fondo, y es ahí donde la Dra. Sheinbaum deberá marcar su estilo y autoridad, para dirigirse no solo al pueblo sino también a las fuerzas políticas, pues esta herramienta de comunicación política como los son la mañaneras, solo funcionan cuando las tres esferas están siendo atendidas, ya sea en la narrativa o en la acción, el sistema político, los medios de comunicación y  la ciudadanía.


Pero como casi todo es otra cosa, también es cierto que una semana no da color de una gestión de seis años de gobierno y menos con un país como el nuestro, y los primeros 100 días de Sheinbaum serán fundamentales para saber si se trata de alguien que une o separa.

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