Corrido mexicano: una práctica revolucionaria que necesita renovarse
- Alexandro Guevara
- 23 abr
- 4 Min. de lectura
Si el narcocorrido es tan peligroso, ¿funcionará ponerles música clásica?

Históricamente el corrido retomó su popularidad desde la Revolución Mexicana, pues antes era una herramienta oral que servía para contar a las personas analfabetas sobre lo que ocurría respecto a este conflicto, informando sobre batallas, personas valerosas, muertes y demás para informar y también para fortalecer la imagen de poder de algunos grupos.
Hoy en día es un tema de trascendencia porque se le atañe la incitación a la violencia, al delito e incluso a formar grupos sociales con actividades ilícitas; pero, ¿es la música el camino para esto?
Un ejemplo de corrido revolucionario es:
Carabina 30-30 de Miguel Aceves Mejía
(...) Con mi 30-30, me voy a marchar
A engrosar las filas de la rebelión
Si mi sangre piden, mi sangre les doy
Por los habitantes de nuestra nación (...)
Aquí podemos ver (si gusta amable lector puede también escucharla) que en este corrido se habla de un arma, muy específica, ya que se trata de la Winchester Modelo 1894, la cual ganó el título del fusil más vendido en la historia de los Estados Unidos según mexicoarmado.com, curiosamente fueron las armas de Estados Unidos las que se dispersaron en gran cantidad en el territorio mexicano, pero esa es otra historia.
Era entonces el corrido una representación de actos que incluyen armas y violencia, ¿qué cambia ahora?
El narcocorrido es un subgénero del corrido que surgió varias décadas después, aunque no hay un consenso exacto sobre su inicio. Se considera que comenzó a tomar forma a partir de la década de 1970, coincidiendo con el aumento del narcotráfico en México.
Los antecedentes del narcocorrido se pueden rastrear en corridos que ya tocaban temas relacionados con el contrabando y la vida fuera de la ley, pero el narcocorrido se distingue por enfocarse directamente en las actividades del narcotráfico y sus protagonistas.
Incluso los más grandes artistas del género reconocido mexicano han tocado o compuesto narcocorridos, como los Tigres del Norte. Posiblemente las nuevas generaciones no conozcan estas canciones, sin embargo, en mi caso, mi familia proviene de una población de la región de la Cañada y aquí se escuchaba mucho este tipo de música, así que para nada es un género nuevo.
Lo escuché desde pequeño, ¿me incitó a la violencia?
El arte y la música son dos factores que contienen lo mejor y lo peor de las personas, por lo tanto, desde la semiótica (disciplina que estudia los signos y sus significados) un contenido (en este caso musical) no está directamente relacionado a incitarte a que hagas una acción ilegal, ya que existen cinco funciones del lenguaje, es decir, no por escuchar a alguien que te diga “Si mi sangre piden, mi sangre les doy” como en el corrido de la 30-30, uno estará completamente decidido a marchar a las filas revolucionarias.
Las cinco funciones del lenguaje de Karl Bühler son referencial, expresiva, apelativa, fática y poética, lo que quiere decir que la primera describe hechos, la segunda comparte estados de ánimo, la tercera busca dar una orden, la cuarta busca mantener el canal de comunicación activo y la última busca la función estética de la palabra.
Podemos ver que algo que escuchemos no solamente buscará que hagamos algo, sino que estas funciones existen desde el interpretante, es decir, la persona que escucha el narcocorrido lo puede escuchar desde estas cinco funciones del lenguaje, aunque no tenga conocimiento de que existen, es una actividad que funciona a nivel cultural.
Si el narcocorrido es tan peligroso, ¿funcionará ponerles música clásica? No, así como escuchar narcocorridos no nos hace delincuentes, escuchar música clásica no nos hace inteligentes, pero sí tiene mucho que ver con las conductas sociales y la generación de mensajes inconscientes para la población.
La presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo ha instruido que los narcocorridos limiten su propuesta sobre los temas que tienen que ver con drogadicción y violencia explícita, es un gran avance en atención a las causas, porque ella misma lo comentó, “no los prohibimos, sería absurdo” sin embargo retomó música del género que es amable con el tema.
México Canta, por la paz y contra las adicciones, es un proyecto del Gobierno de México que busca cambiar el paradigma de la violencia en la música, históricamente es una actividad que atiende las necesidades de expresión musical y al mismo tiempo promueve los valores de paz.
El que la Revolución haya sido explicada también de forma oral con los corridos no quiere decir que nuestro día a día en el 2025 sea igual, esta etapa debe leerse, como toda la historia, con otros ojos, por esta razón es necesario ir generando nuevos enfoques para mantener la paz social desde todas las perspectivas.
El renovarse está permitiendo disfrutar de cualquiera de los géneros musicales, artísticos y demás sin incitar a la violencia o ilegalidad, porque al final de todo, nuestras acciones serán repercusiones para nosotros mismos, no para las estrellas de corridos ni para nadie más.
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